CUIDADOS DE METALES, PIEDRAS PRECIOSAS, PERLAS

Perlas

Las perlas cultivadas naturales son uno de los tesoros más delicados y preciados de la naturaleza. Las perlas pueden conservar su belleza durante siglos si su propietario recuerde que estas gemas requieren un cuidado distinto. Una perla no es una piedra  Su cuidado es sencillo:

  • Guarde las perlas de forma separada, en su propio estuche o en una bolsa de paño. Si se mantienen en un ambiente seco, por ejemplo, en periodos de uso de sistemas de calefacción, preservarlas en un paño humedecido ayuda a evitar su deshidratación,
  • Aplíquese los cosméticos, el perfume o productos en spray antes de ponerse las joyas. 
  • No use perlas con protectores solares o repelentes de insectos.
  • Si las perlas han estado en contacto con comidas ácidas, elimine lo antes posible las salpicaduras. Utilice un paño suave humedecido para limpiarlas y otro para secarlas.
  • Limpie las perlas después de usarlas usando un paño suave.
  • Cambie periódicamente el enfilado de las perlas para prevenir su rotura. El maquillaje, el polvo y la suciedad terminan formando una pasta sobre el hilo que ataca la seda y las propias perlas.

En un collar, reemplace las perlas dañadas . Las perlas en torno al cuello absorben ácido y, excepcionalmente, alguna puede perder su oriente e incluso su forma esférica.

Qué evitar:

  • El exceso de sudor y los ácidos.
  • El contacto permanente con el maquillaje, la crema corporal, la laca el perfume o el talco.
  • El polvo, jabón y el detergente.
  • Los rayones.
  • La ducha y la piscina - el agua clorada.
  • Su depósito en cajas de seguridad durante períodos prolongados.
  • Su deshidratación. No las envuelva en algodón en rama ni las exponga a la luz o al calor.
  • No las use mientras cocina.
  • En cualquier caso, todas son medidas de precaución dictadas por el sentido común.

Con estos cuidados mínimos, las perlas mantendrán el aspecto del primer día.


Piedras preciosas

Junto con los diamantes, las piedras preciosas han sido una de las más populares formas de expresión en joyería. 

Antiguamente se creía que poseían poderes especiales, o incluso que curaban ciertas enfermedades.

Qué hacer:
Se recomienda evitar el contacto de cualquier piedra con sustancias químicas. Las piedras de la familia de los berilos (berilos, aguamarinas, esmeraldas) no toleran bien los cambios extremos de temperatura, por lo que sí es posible, trate de evitarlos. También hay que tener especial cuidado para evitar los golpes, ya que pueden lascarse con facilidad.

Después de su uso, es recomendable guardar la pieza en un lugar protegido, para evitar que pudiera rozar, o que pueda rozar otras piezas de joyería.
Para su limpieza se debe utilizar un trapo suave ligeramente humedecido en agua.

 

Diamantes

Los diamantes han sido las piedras preciosas más valoradas desde la antigüedad, por su dureza y brillo.
Son también el material más duro que existe, y el más resistente a ser rayado, pero esto no significa que debamos descuidar la atención y el mantenimiento de la pieza, para que siga luciendo como el primer día.
El uso diario de la pieza puede hacer que esta se ensucie, ya que los diamantes son lipófilos, es decir, atraen la grasa. Para limpiarlos, es preciso utilizar jabón de lavavajillas (tipo Fairy), agua caliente y un cepillo de dientes.

 

Oro

Tanto para el oro amarillo como el oro blanco, se deben tener en cuenta una serie de factores que podrían dañar o estropear la pieza, por lo que no se debe descuidar su atención.

Qué hacer:
Se recomienda no llevar puesta la pieza si se van a realizar trabajos en los que se pueda rayar, o pueda engancharse, así como evitar el contacto con sustancias químicas, como el mercurio en el caso del oro amarillo.
Después de su uso, es recomendable guardar la pieza en un lugar protegido, para evitar que pudiera rozar con otros metales, y así evitar su deterioro,
Para su limpieza se debe utilizar un trapo suave ligeramente humedecido en agua.

 

Oro blanco

El oro blanco requiere especial atención, ya que se estropea con mayor facilidad que el oro amarillo, especialmente en el caso de los anillos,

Qué hacer:
No se recomienda llevarlos puestos para realizar actividades que puedandeteriorarlos, como hacer deporte, actividades domésticas o trabajos manuales.

Por otra parte, a las piezas de oro blanco se les aplica una capa de rodio, un metal que además de resaltar su blancura, ayuda a proteger la superficie de la pieza. No obstante, esta capa de rodio puede dañarse al contacto con determinadas sustancias (como el hipoclorito de sodio) contenidas en algunos productos de limpieza como la lejía, cloro activo o agua lavandina. También puede verse afectada por soluciones yodadas, cloradas e incluso productos limpiadores para la plata.
Con el paso del tiempo y el uso, esta capa de rodio irá desapareciendo; es algo completamente normal, siendo necesario pulir nuevamente la pieza y aplicar una nueva capa de rodio para que la pieza luzca nuevamente como el primer día.

 

Plata

Aunque la plata es un material bastante resistente, no debemos descuidar su atención, y siendo un poco cuidadosos, evitaremos el deterioro de la pieza.

Qué hacer:
Es recomendable guardar la pieza en un lugar protegido, para evitar que pudiera rozar con otros metales y deteriorarse.
Asimismo debemos evitar el contacto entre la plata y cualquier sustancia química de uso común.
Además de estos cuidados, se debe tener en cuenta el proceso natural de oscurecimiento de la plata, debido a su contacto con el sulfuro de hidrógeno presente en el ambiente (por la contaminación, sobre todo). Para paliar este efecto hay en el mercado numerosos productos para limpiar la plata, que podrá encontrarlos en droguerías. Si la pieza se guarda en una bolsa de plástico, también se podrá evitar en gran medida ese proceso.
La plata puede tener diferentes acabados:
- plata vermeil: plata bañada en oro de 24kt.
- plata oxidada: plata envejecida utilizando óxido de plata.
- plata pulida: plata con un acabado brillante al pulirla.
- plata arenada: plata con un acabado mate.

También hay que tener en cuenta que las piezas elaboradas en plata y bañadas en oro (plata vermeíl), tienden a perder el baño sobre todo cuando tienen un contacto continuado con la piel (por ejemplo, anillos) y ésta tiene un Ph más ácido de lo normal,
La pieza adquiere entonces una tonalidad blanquecina. En esa situación, será necesario
volver a bañar la pieza para que se restaure su estado original.